Santos que
hablan: Yemallá, Changó, Oggún, Ochosi, Eleguá, Echu.
Oddun de
suplantación. El pato fue desplazado por la gallina y sus huevos como comida
para las personas y para los santos.
Las mujeres son
más inteligentes que los hombres.
No puede vivir
en concubinato, la persona debe casarse. En este oddun nació el matrimonio.
Debe recibirse
Orichaoco.
En este oddun
las mujeres deben cuidarse los senos.
Tendrá enemigos
que siempre tratarán de perjudicarlo o de destruirlo.
Use collar de
peonía.
Póngale a su
ángel de la guarda un collar que tenga 265 peonías.
Cuando pueda
dele un pollo a una mata de peonías.
Usted nació
para ser esclavo, pero sea esclavo solo de sus santos y sus muertos.
La persona puede
padecer de temblores.
Le están
siguiendo el rastro.
Use delantal y
póngale delantal a Changó.
La persona
puede tener falta de memoria. La cabeza se lava con jaboncillo. No se dé golpes
en la cabeza.
La persona debe
usar espejuelos.
No puede tener
hijos regados.
Lave Ochún.
Cuídese donde
coma.
No maltrate a
su mujer.
No haga nada
por venganza.
No juegue de
mano, no use jaranas con nadie ni toquetee a nadie jugando.
Lo que hace con
las manos lo desbarata con los pies.
Dele comida a
Echu en las esquinas y en el contén de la puerta de su casa.
Póngale gancho
de carnicería a su Oggún para que todo lo que esté en el aire se lo haga firme.
Respete a su
esposa.
Cuídese las
partes blandas y húmedas de su cuerpo.
En este oddun
la mujer debe cuidarse mucho los senos.
En este oddun
Obatalá salvó a su omó de la muerte y cuando sus enemigos se aplacaron por
quererlo destruido, éste salió de su escondrijo despojado de todo lo malo
(nació la tragedia entre Obatalá e Ikú).
Es un oddun de
conciencia de lo hecho en la vida: de lo bueno y de lo malo.
En este oddun
Changó apresó a la peonía poniéndola dentro de una maraca cuando ella guerreaba
(la parte negra luchaba contra la parte roja y hacían mucho ruido).
Historia de las
mujeres que querían casarse y los hombres solamente utilizaban a las mujeres en
tiempo de frío.
Historia del
robo perfecto donde Changó se encarama a Yemallá en sus hombros para robar y
como aparecían las huellas de los pies de Changó y de las manos de Yemallá,
nunca pudieron descubrir quién era el ladrón.